Parashá 25 Tsav Levítico 6:8 (6:1) – 8:36Aliyás de la Torá:
Haftará: Jeremías 7:21 – 8:3; 9:22-23 Tsav Significa “encomienda”. Primera aliyá, 6:8-18 6:9 “Ordena a Aharón y a sus hijos, diciendo: "Esta es la ley de la ofrenda de ascensión: es la ofrenda de ascensión (que permanecerá) sobre la hoguera en el altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar arderá en él.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “ley” es torá, que significa “instrucción”. En este caso vemos que la palabra torá está limitada a una instrucción específica acerca de la ofrenda de ascensión, también llamada “holocausto”, (del latín “todo quemado”). En esta sección hay instrucciones específicas para Aharón y sus hijos, los sacerdotes. Las instrucciones que se dieron en la parashá anterior, sobre las diferentes ofrendas, son para el pueblo en general, pero en esta parashá hay instrucciones específicas y complementarias para los sacerdotes en cuanto a los mismos sacrificios que han sido mencionados anteriormente. De esto aprendemos también que cuando viene la revelación divina a nuestras vidas, no viene toda de una vez. Primero se da una imagen general, y luego el Espíritu vuelve a dar más detalles sobre las cosas que ya han sido descritas de forma general. La Torá ha sido escrita para armonizar con la mente humana. La mente no está trabajando de forma lineal, sino circular. Es decir, cuando un tema se da, no sigue un esquema lineal, sino avanza de forma circular, o más bien como un espiral. Avanza un poco con un tema para luego volver al mismo tema y dar más detalles. Después avanza con otro tema relacionado con el primero, y luego vuelve a dar más detalles sobre alguno de los temas anteriores etc. En este caso ya en el capítulo 1 de Vayikrá se ha dado una instrucción general sobre la ofrenda de ascensión y ahora este tema es destacado otra vez en esta parashá para dar detalles complementarios sobre esa ofrenda. Lo mismo sucede con las demás ofrendas. Había varios fuegos sobre el altar. Los rabinos no están de acuerdo en cuanto a la cantidad de fuegos que había en el altar. Se habla de dos a cuatro fogatas diferentes. Una de ellas se mantenía encendida todo el tiempo, como está escrito en este versículo y en los versículos 12 y 13: “El fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote quemará leña en él todas las mañanas, y pondrá sobre él la ofrenda de ascensión, y quemará sobre él la grasa de las ofrendas de paz. El fuego se mantendrá encendido continuamente en el altar; no se apagará.” (LBLA revisada) La Torá repite tres veces la importancia de no dejar que el fuego se apague sobre el altar. Un fuego necesita tres ingredientes para poder existir: combustible, oxígeno y calor. Si falta alguno de estos tres, el fuego no arde. El fuego que estaba en el altar del tabernáculo había caído desde el cielo. Los sacerdotes estaban encargados de mantener vivo ese fuego constantemente. El calor se mantenía en las llamas y en los carbones encendidos. El oxígeno venía del aire ambiental. Sólo hacía falta añadir la leña. Esto nos enseña acerca de la importancia de mantener el fuego celestial encendido sobre el altar personal que cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior. Cada mañana hay que poner más leña sobre el fuego. ¿Qué es leña? La leña es el producto de la vida y la muerte de un árbol. Está escrito que la Torá es un árbol de vida, cf. Proverbios 3:18. También Mashíaj se compara a sí mismo con un árbol, cf. Lucas 23:31; Juan 15:1. Esto nos enseña que el combustible que alimenta el fuego en nuestro corazón es la Torá y el Mesías. La vida y la muerte del Mesías ha creado suficiente leña para que podamos arder eternamente delante de HaShem. Cada mañana hay que poner más leña en su corazón para arder continuamente delante de HaShem. La leña es añadida en la oración, la alabanza y el estudio de las Escrituras que cada creyente hace todas las mañanas. La única manera de poder mantener el fuego celestial ardiendo en nuestra vida es ponerle más leña. Es una tarea diaria. Querido lector, si experimentas que el fuego de tu vida espiritual se está apagando, necesitas tomar en serio este mandamiento y orar cada mañana y leer y estudiar las Escrituras santas. El oxígeno es parte del aire. La palabra hebrea para viento es ruaj.[1] Ruaj también se traduce como “Espíritu”. Esto nos enseña que el oxígeno para el fuego celestial es el Espíritu de HaShem. Si falta el Espíritu en la oración y la lectura, el fuego se va a apagar. Que tampoco falte el calor en nuestra devoción a HaShem. El calor podría simbolizar el amor y la intensidad de nuestra entrega, en hebreo kavaná. ¡Asegúrate que el fuego no se apague en tu vida! En 2 Timoteo 1:6 está escrito: “Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos.” (LBLA) En este caso se trata del fuego del don de ser anunciador de las buenas nuevas (en griego “evangelista”). 6:15 “Entonces uno tomará de ella un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, con su aceite y todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal, y la quemará sobre el altar; es aroma agradable, su ofrenda memorial para HaShem.” (LBLA revisada) – Aquí se habla de todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal. Según Rashí, esto nos enseña que todas las oblaciones tenían incienso, no solamente la primera que está mencionada en la parashá anterior, cf. Levítico 2:1-2. 6:17 “No se cocerá con levadura. Se la he dado como parte de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.” (LBLA) – Hay dos diferentes tipos de ofrenda en cuanto al nivel de santidad. Hay ofrendas santísimas, en hebreo kodshei kadasim, y ofrendas menos sagradas, en hebreo kadasim kalim. Las ofrendas más sagradas son las siguientes: · Olá – ofrenda de ascensión · Minjá – oblación · Shelamim tsibur – ofrenda de paz de la comunidad · Jatat – ofrenda de pecado · Asham – ofrenda de culpa Las ofrendas menos sagradas son las siguientes: · Shelamim yajid – ofrenda de paz de un individuo · Todá – ofrenda de agradecimiento · Bejor – un animal primogénito macho · Maaser behemá – el diezmo de los animales · Pesaj – el sacrificio de pascua Aquellos sacrificios de alto nivel de santidad que se pueden comer, sólo pueden ser ingeridos por los sacerdotes varones en el área del atrio del tabernáculo o templo. Esos animales tenían que ser sacrificados en el lado norte del altar. Los sacrificios menos sagrados que se pueden comer, podían ser comidos en el atrio del templo o dentro de las murallas de Yerushalayim por los sacerdotes y sus familias. Esos animales podían ser sacrificados en cualquier lugar dentro del atrio. El resto de la ofrenda de paz individual y el sacrificio de pesaj podían ser comidos dentro de las murallas de la ciudad santa por todos los israelitas, hombres, mujeres y niños, que estaban ritualmente puros. 6:18 “Todo varón entre los hijos de Aharón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para HaShem. Todo lo que las toque quedará consagrado.” (LBLA revisada) – Incluso el varón hijo de Aharón con algún defecto en su cuerpo, que no podía oficiar como sacerdote, podía comer de este sacrificio de alto nivel de santidad, cf. 21:21-22. Aquí vemos como la Torá marca la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto al servicio delante de HaShem en este mundo. El varón tiene mayor responsabilidad para dirigir el culto en la congregación y en el hogar. Por otro lado no hay diferencia entre los sexos en el servicio celestial según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en Gálatas 3:28: “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre y mujer; porque todos sois uno en el Mesías Yeshúa.” (LBLA revisada) La diferencia entre los sexos ha sido puesta en este siglo por HaShem. En el siglo venidero, los que van a ser transformados, no tendrán sexo, sino que serán como los ángeles en el cielo, como está escrito en Marcos 12:25: “Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos.” (LBLA) Segunda aliyá, 6:19 – 7:10 6:20 “Esta es la ofrenda que Aharón y sus hijos han de ofrecer a HaShem el día de su unción: la décima parte de una efá de flor de harina como ofrenda perpetua de cereal, la mitad por la mañana y la mitad por la tarde.” (LBLA revisada) – Los sacerdotes comunes ofrecen esta oblación solamente en el día de su instalación en el ministerio. Pero el sumo sacerdote lo tendrá que hacer todos los días, para que sea una “ofrenda perpetua”, como también está escrito en Levítico 6:22: “El sacerdote, que de entre los hijos de Aharón sea ungido en su lugar, la ofrecerá. Por ordenanza perpetua será totalmente quemada para HaShem.” (LBLA revisada) Esta oblación del sumo sacerdote, que ofreció dos veces al día, tenía que ser costeada por él mismo. Tercera aliyá, 7:11-38 7:12 “Si lo ofrece en agradecimiento, entonces, juntamente con el sacrificio de agradecimiento, ofrecerá tortas sin levadura amasadas con aceite, y obleas sin levadura untados con aceite, y tortas de flor de harina bien mezclada, amasadas con aceite.” (LBLA revisada) – El agradecimiento producido por un milagro o una intervención divina, se expresa por medio de un sacrificio de paz. Basándose en el Salmo 107 se han sacado cuatro razones por las cuales este sacrificio debe ser ofrecido: · Salmo 107:4 – por haber sido protegido en un viaje por el desierto. · Salmo 107:10 – por haber sido liberado de la prisión. · Salmo 107:17 – por haber sido recuperado o sanado de una enfermedad. · Salmo 107:23 – por haber sido protegido en un viaje marítimo. En el Salmo 107:22 está escrito: “Ofrezcan también sacrificios de agradecimiento y pregonen sus obras con cantos de júbilo.” (LBLA) En Jonás 2:1-9 está escrito: “Entonces oró Yoná a HaShem su Dios desde el vientre del pez, y dijo: En mi angustia clamé a HaShem, y Él me respondió. Desde el seno del Sheol pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz; pues me habías echado a lo profundo, en el corazón de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí. Entonces dije: "He sido expulsado de delante de tus ojos; sin embargo volveré a mirar hacia tu santo templo.” (LBLA revisada) Me rodearon las aguas hasta el alma, el gran abismo me envolvió, las algas se enredaron a mi cabeza. Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh Eterno, Dios mío. Cuando en mí desfallecía mi alma, de HaShem me acordé; y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo. Los que confían en vanos ídolos su propia misericordia abandonan, mas yo con voz de agradecimiento te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es de HaShem.” (LBLA revisada) En el Salmo 27:6 está escrito: “Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas a HaShem.” (LBLA revisada) En el Salmo 50:14, 23 está escrito: “Ofrece a Dios sacrificio de agradecimiento, y cumple tus votos al Altísimo... El que ofrece sacrificio de agradecimiento me honra; y al que ordena bien su camino, le mostraré la salvación de Dios.” (LBLA) En el Salmo 116:17 está escrito: “Te ofreceré sacrificio de agradecimiento, e invocaré el nombre de HaShem.” (LBLA revisada) Hoy en día, cuando no hay templo, el judío que haya sido liberado de alguna de estas cuatro cosas, debe recitar en la sinagoga una bendición especial de agradecimiento, llamada birkat hagomel, en lugar de la ofrenda de agradecimiento. 7:13 “Con el sacrificio de sus ofrendas de paz en agradecimiento, presentará su ofrenda con tortas de pan leudado.” (LBLA) – Según el Talmud,[2] cada uno de los cuatro tipos de oblación consistía en diez piezas de pan. 7:14 “Y de ello presentará una de cada ofrenda como contribución a HaShem; será para el sacerdote que rocía la sangre de las ofrendas de paz.” (LBLA revisada) – El sacerdote recibió un pan de cada clase de oblación, en total cuatro diferentes panes, lo cual corresponde al diezmo de la ofrenda. El resto de los panes fue comido por el que ofrecía. 7:20 “Pero la persona que coma la carne del sacrificio de las ofrendas de paz que pertenecen a HaShem, estando impura, esa persona será cortada de entre su pueblo.” (LBLA revisada) – Aquí se habla de la impureza ritual del cuerpo de una persona. El castigo de caret, o “cortamiento”, implica que su alma sea cortada de su fuente espiritual y recibe un castigo directo del cielo. Según Rashí, implica morir antes de tiempo y sin hijos. Se puede ver una similitud entre comer de las ofrendas de paz en agradecimiento, que consistía en carne y pan, y comer la mesa del Señor. Al comer la mesa del Señor Yeshúa con una actitud de rechazo y desprecio hacia los hermanos, es como comerlo en un estado de impureza, y produce un juicio divino. Por causa de que los santos en Corinto no habían reconocido a sus hermanos como parte del mismo cuerpo, cayeron bajo juicio y muchos recibieron enfermedades y murieron antes de tiempo, como está escrito en 1 Corintios 11:27-32: “De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen. Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.” (LBLA) El mensaje que se está dando al comer del pan, que simboliza la entrega del Mesías por su congregación, es que todos somos un cuerpo en él, como está escrito en 1 Corintios 10:17: “Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.” (LBLA) Entonces al tomar una parte de ese pan junto con los demás, hay una proclamación de unidad. El problema que hubo en Corinto fue que los que estaban tomando este pan, y así proclamaban su unidad con el cuerpo de los creyentes, luego vivían en divisiones y actitudes de crítica y desprecio hacia los demás. No se puede proclamar una cosa y vivir otra. No se puede predicar algo que uno no vive. Tal actitud trae el juicio divino sobre el culpable. En este caso el juicio produjo enfermedades y muerte antes de tiempo. Así que si hay muchos enfermos y algunos que mueren jóvenes en nuestras congregaciones, tendremos que preguntarnos: ¿qué tipo de actitudes tenemos entre nosotros? ¡Qué importante es el amor entre los santos! 7:26 “Y no comeréis sangre, ni de ave ni de animal, en ningún lugar en que habitéis.” (LBLA) – Esto significa que el judío puede comer la sangre de los peces puros y de los saltamontes puros. Solamente la sangre de aves y de animales terrestres está prohibida para él. Los escogidos de las naciones también tienen la obligación de evitar comer la sangre, como está escrito en Hechos 15:19-20: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.” (RV1995) 7:34 “Sus propias manos traerán ofrendas encendidas a HaShem. Traerá la grasa con el pecho, para que el pecho sea mecido en vaivén delante de HaShem.” (LBLA revisada) – La ofrenda mecida, también llamada “vaivén”, fue movida por el sacerdote hacia delante y hacia atrás, y luego hacia arriba y hacia abajo. El significado de estos movimientos es que HaShem dirige y gobierna sobre el mundo que está en las cuatro direcciones y que Él es el dueño de los cielos y la tierra. Cuarta aliyá, 8:1-13 8:2 “Toma a Aharón y con él a sus hijos, y las vestiduras, el aceite de la unción, el novillo de la ofrenda por el pecado, los dos carneros y la cesta del pan sin levadura” (LBLA revisada) – Ahora Moshé recibe la orden de instalar a los sacerdotes en su ministerio. Esta instalación duraba siete días y terminó en el primer mes del segundo año después de la salida, cf. Éxodo 29:30, 35-37; Levítico 8:35. El mishkán fue definitivamente levantado el primer día del primer mes del año, cf. Éxodo 40:2, 17. 8:12 “Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aharón y lo ungió, para consagrarlo.” (LBLA revisada) – Según Rashí, primero vertió el aceite sobre su cabeza y después ponía aceite con su dedo entre las cejas de los ojos. Quinta aliyá, 8:14-21 8:15 “Después Moshé lo degolló y tomó la sangre y con su dedo puso parte de ella en los cuernos del altar por todos los lados, y purificó el altar. Luego derramó el resto de la sangre al pie del altar y lo consagró, para hacer expiación por él.” (LBLA revisada) – Moshé servía como sacerdote durante los siete días de instalación de los sacerdotes. Él hizo todos los sacrificios y enseñó así a Aharón y sus hijos cómo hacer todo el servicio en el tabernáculo. Sexta aliyá, 8:22-29 8:22 “Luego presentó el segundo carnero, el carnero de la consagración, y Aharón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero.” (LBLA revisada) – Según Rashí, esto es una ofrenda de paz, cf. Éxodo 29:22, 28, porque el término miluim, traducido como “consagración”, tiene un sentido similar al término shelamim, que significa “ofrenda de paz”. Miluim significa “llenuras” y shelamim significa “plenitudes”. 8:28 “Después Moshé tomó todo esto de las manos de ellos y lo quemó en el altar sobre la ofrenda de ascensión. Fue ofrenda de consagración como aroma agradable, ofrenda encendida para HaShem.” (LBLA revisada) – La ofrenda de consagración tenía que ser quemada sobre, o después de, la ofrenda de ascensión. Esto nos enseña que el ministerio sacerdotal está basado sobre la entrega total. Si no hay entrega total en un siervo de HaShem, su ministerio no va a ser agradable delante de Él. 8:30 “Y tomó Moshé del aceite de la unción y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció a Aharón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos; y consagró a Aharón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.” (LBLA revisada) – La unción fue rociada tanto sobre Aharón como sobre sus vestiduras. Esto nos enseña que hay una unción personal y una unción ministerial. Lo personal viene primero, luego lo ministerial. La unción personal sirve para funcionar en la vida diaria, en la vida familiar, y es más importante que la unción ministerial. Es importante que el que tiene una función ministerial en el pueblo de HaShem no descuide su familia y su vida personal. La unción, el Espíritu del Mesías, ha sido dada para influir primeramente en tu vida personal y familiar, y luego en tu vida ministerial. En esta parashá se encuentran los mandamientos 131-148 de los 613.
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